jueves, 16 de enero de 2014

LO QUE COMEN LOS RATONES de Fernando Royuela





En este cuento, Bruno, un ratón muy amable y amistoso que hará las veces de nuestro protagonista, ha olvidado lo que comen los ratones. Hambriento y con la nevera vacía, decide emprender una investigación para descubrir que es aquello que puede comer, lo que le llevará a recorrer todas las tiendas de la ciudad para averiguarlo. 


Visita fruterías, pescaderías, carnicerías, pero nada le seduce; hasta que de repente encuentra un enorme pedazo de queso en un pequeño portal, y se le hace la boca agua. Lo que él no sabe es que allí yace un peligro mayor del que habría imaginado y que cambiará su vida. Cae en una trampa para ratones, pero su mala suerte no acaba ahí, ya que de la nada aparece un gato. "¿A qué no sabes los que comen los gatos, ratón?" Le dice éste y Bruno se echa a temblar. El cuento podría haber tenido un final fatal para Bruno, pero por fortuna para él, éste era un gato vegetariano y, en vez de comérselo, decide hacerse amigo suyo. Glorio, como así se llama el susodicho, ayuda a Bruno a salir de la trampa y le cura las heridas, y el ratoncillo en agradecimiento le invita a vivir con él. Desde entonces son amigos, viven juntos y viajan por todo el mundo, y la nevera nunca ha vuelto a estar vacía.


El argumento del cuento es simple y el final resulta un poco inverosímil basándose en la premisa que el autor escogió para crear ese mundo (¿un gato vegetariano?); sin embargo, con éste se trabajan muchas praxias y permite seguir una secuencia. Además, se pueden realizar unas cuantas actividades bastante entretenidas.

Una de las más interesantes ayudará a los niños a potenciar su creatividad e imaginación. Para realizarla, contamos la historia de Bruno hasta el momento culmen del desarrollo, en el que Bruno se encuentra con Glorio y este le pregunta "¿A qué no sabes los que comen los gatos, ratón?", y ahí detenemos la lectura.


Entonces, le preguntamos a los niños "¿Sabéis vosotros lo que comen los gatos?". Las respuestas serán muy variopintas, pero seguramente unos cuantos coincidan en que los gatos comen ratones. Entonces le proponemos a los niños que nos hagan un dibujo de lo que creen que pasará a continuación en la historia, que ilustren cual creen que será el final del cuento de Bruno. Dependiendo del nivel y edad de los niños, también se les puede pedir que nos lo escriban en el reverso de la hoja.

Un perro acude en ayuda del ratón.

Una niña espanta al gato con una escoba.

El ratón distrae al gato y se escapa con el queso.
El ratón le da leche al gato y se hacen amigos.

(Como se observa en los ejemplos, la mayoría de los niños escogió salvar al ratón, ya sea porque logra engañar al gato o porque alguien acude en su ayuda, y el cuento tiene igualmente un final feliz.)

Tras realizar los dibujos, se pide a los niños que expliquen qué es lo que han dibujado y como piensan ellos que acaba el cuento. Por último, una vez todos han dado su versión, se termina de leer la historia y se les pregunta cuál es el final que más les ha gustado. 

Es una actividad que les entusiasma y no solo fomenta su creatividad, sino que también les ayuda a desarrollar sus capacidades narrativas y descriptivas. 




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